Nos la aporta el sello de la Serpiente.
Ahora que ya sabemos lo que son las ondas encantadas nos toca hablar y vivir desde el 10 de Septiembre y durante 13 días la Onda de la Serpiente!
La serpiente nos conecta con nuestra energía vital y con las señales que da el cuerpo, y la sexualidad.
Será importante atender al cuerpo en estos días y conectarnos con alguna actividad física que nos lleva a recuperar la energía vital y es lo que a veces sentimos que necesitamos como un complemento.
A veces podemos sentirnos acorralados por algo y enredados en los cuestionamientos o rebusques pero parémonos a conectarnos con alguna actividad corporal y solo, sin que hagas otra cosa te parecerá que ese enredo se resuelve surgiendo de adentro nuestro las respuestas que antes con esfuerzo mental no lográbamos. Es como salir a caminar, por ej. o ponernos a bailar en casa, comenzamos de una manera y volvemos con otro estado de ánimo. Así es la serpiente, conoce y sabe transformar su propia piel con el movimiento. No hay que quedarse quieto en estos días.
No confiemos tanto en lo que parece seguro, confiemos más bien en nuestra intuición.
En sombra puede pasarnos de elegir lo que es familiar en vez de apoyarse en la intuición. Sensación de aburrimiento, falta de vitalidad. Es necesario sentir nuevos patrones que traerán espontaneidad y emoción a nuestra vida.
La serpiente nos recuerda que usemos al cuerpo como herramienta o guía para la transformación, para explorar los sentidos como medio para activar una conciencia más elevada, es decir, nos somete al desafío de experimentar enorme cambios de manera conciente. La sagrada energía nos ayudará a elegir espontáneamente y a “sentir” nuevas soluciones.
Para poder contar con toda nuestra energía vital es necesario que sepamos donde están nuestros bloqueos energéticos, o nuestros desafíos a superar. Observemos en nosotros la unión de los opuestos, esta es una herramienta que pone de manifiesto esos bloqueos, y nos da la clave de cómo disolverlos, soltando lo que ya no necesitamos para equilibrar la energía vital en todos nuestros cuerpos.
El mayor desafío es trabajar el desapego, y no querer controlarlo todo.