Recordatorio energético para los días, desde el 22/09/2013 hasta el 4/10/2013
A partir de hoy sopla el viento blanco que proviene desde el centro mismo
del universo, cargado de renovación y de vida.
Sopla el Viento Blanco, que corrige al mediodía los proyectos y los planes
para hacerlos ciertos, el blanco de la luz que todo muestra y por ello nos
podemos purificar, mejorar los pasos, ajustar las metas para que lleguen a
feliz término, el blanco del sol en la mitad de su camino diario, para que
afinemos los detalles que permitan a la siembra producir la cosecha y
disfrutemos los frutos del ser planetario.
Te propongo que coloques tus dos manos extendidas, a la vista, bajo tu
mentón, con las palmas hacia arriba y que coloques en ellas aquello que hace
tiempo no miras, aquello que está guardado en algún cajón de tus muebles con
telarañas de olvido, coloca aquello ahí en tus palmas y sopla fuerte.
Observa como se convierte en un sinnúmero de chispas que se diluyen en el
aire, como un viejo pergamino que el viento desintegra y se devuelve a su
esencia. Destapa esas cajas amarillas y guardadas en el desván o en el
entretecho, saca todo, míralo de nuevo y deja que el viento se lleve todo lo
que ya no sirva, lo que ya fue y en su momento ya entregó su regalo.
O pon en tus dos manos esa historia que te pesa como un remordimiento, como
una culpa, como una obra inacabada o como una puerta cerrada y sopla sobre
ella para que se abra, y sopla sobre todo ello para que se ventile
nuevamente, para que entre el aire y halla un renovación tan grande que deje
atrás, por fin, lo sucedido.
O haz que quepan en tus manos todos tus seres queridos, aquellos con que
pasas los días y las noches desde hace tantos años y sóplales la cara para
que despierten, para que vuelvan a mirarte, para que les tiemble al piel con
el fresco aliento de tu viento y vuelvan a latir las ganas de encontrase y
de otra vez reconocerse y vuelvan a empezar a quererse.
O deja entre tus manos tus anhelos truncos o los que dejaste para pasado
mañana o para un rato más y han pasado mil años, o los que desechaste
porque siendo tuyos, dijiste que no eran para ti, o los que se te
confundieron con los álbumes de fotos viejas, con las cosas que guardaste
por si alguna vez te sirvieran y que suman cajones y mansardas y maletas y
lánzales una tormenta de viento huracanado para que se vayan tantas cosas
volando por el aire, para volver a ser otra vez esa energía que una vez te
hirvió la sangre.
O ponte a ti mismo y a ti misma entre tus manos e insúflate una tromba de
aire fresco, de aire nuevo, para que se te llene al alma de ganas de estar
viva y de estar vivo y de vivir la vida en vez de estar juntando fechas
futuras para amarte.
O pon unas semillas o unas aves pequeñitas que agonizan contaminadas,
intervenidas, a punto de acabarse y sóplales el aire de la vida para que
vuelvan a cantar y a ser mil árboles y deja que tus hijos corran entre ellos
y que canten.
O infla tus pulmones con este viento galáctico blanco y que se te limpie
hasta el último átomo, deja que se acomode en tu pecho y que cuando salga se
convierta en palabras que no dices hace tanto, en halagos que te guardas, en
te amos que se fueron empolvando entre retratos encima de las repisas
altas, en defensas que te debes, que le debes al mundo, al tuyo, en
canciones que en otro tiempo eran tuyas y nadie podía acallarte y que está
ahí, atentas, dispuestas, deseosas de volver a colmarte.
Es el tiempo de los hermanos que comparten el viento, que están juntos
porque es el mismo aire que recorre las vidas de todos, de todo lo que
existe, de todos los seres que sienten y que en un amor infinito no se cansa
nunca de venir y viene y viene y viene, a pesar de que no lo veamos, a pesar
de que lo llenemos de moléculas nefastas, a pesar de los pesares, está ahí,
haciéndonos que broten rosas en lugares en que no las hubo, porque un día,
un viento, se robó una semilla y la dejó caer en el pavimento, o en la
sombra o en tu alma.
Durante los días de la Onda Encantada del Viento, permite que esto pase,
regálate este tiempo que es del cielo, abre todas las ventanas de tu templo,
y que lo cruce el viento y que desordene todo, que todo lo revuelva, lo
estremezca, que revitalice todo y que haga que vibre como vibras tú gracias
a tu alma, tu alma que es el soplo de la fuente que te puso a girar
espirales ascendentes infinitas.
A partir de hoy sopla en viento de siempre, pero este tiempo es para que
tomemos conciencia y seamos como el viento.