Dragón
El dragón es el iniciador por excelencia. Es energía de gestación, de comienzo. El dragón posee todas las herramientas en si mismo para nutrir lo que gesta, para darle forma a cada proyecto que emprende. También necesitará para esa gestación de la confianza y la receptividad.
Confianza para emprender cualquier tarea que se elija, y saber que uno también puede “pedirla” sin dificultades, pero sin buscar el control de sus resultados o de los demás, sino desde la conexión con la Fuente interna, con libertad.
Y receptividad, porque para que algo se geste, por un lado debemos permitirnos ser fecundados, que los proyectos se gesten en nosotros mismos.
A veces los dragones tienen cualidades de Madre, tomando el rol de proveedor del afecto, brindando apoyo también para que los demás inicien y gesten sus proyectos. Por eso tienen que estar abiertos a recibir también de los demás lo que ellos proveen, sintiéndose que son legítimamente dignos de ese acto.
Los dragones no claudican. Avanzan. Son capaces de levantarse infinidad de veces después de caer. Quieren concretar a toda costa lo que inician.
Empujan, logran sus objetivos.